El Congreso debatirá el próximo lunes la moción de vacancia presidencial, un mecanismo ya planteado en los últimos cuatro años contra Pedro Pablo Kuczynski y su sucesor, Martín Vizcarra. Nuevamente vamos a asistir a un pulso político entre poderes, que genera más inestabilidad en estos tiempos de crisis debido al coronavirus.
Algunas bancadas del Parlamento apuestan por la vacancia debido a la “incapacidad moral permanente” del jefe de Estado. El problema es que el Tribunal Constitucional (TC) no determina lo que significa esta causal. Sigue esperando que el Congreso emita su respuesta ante la demanda planteada por el Ejecutivo a raíz del intento de vacancia de setiembre.Algunos constitucionalistas lo interpretan como incapacidad mental de alguien que no puede discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Otros sostienen que se refiere a la inmoralidad del mandatario, a quien vinculan con actos de corrupción o similares.
Por ello hubiera sido vital que el TC, dentro sus plazos y facultades, aclare lo que significa “incapacidad moral permanente”. Una respuesta posterior, sobre hechos consumados, quizá servirá de poco.Estos tiempos no son fáciles ni perfectos porque hay mucha polarización política. Por ello, para que a futuro no se agrave la controversia y la confusión, el TC debe manifestarse cuanto antes porque su función es básica para el buen funcionamiento de los poderes del Estado.