Los dogmas del mundo Woke han instaurado el uso de las #Etiquetas como una metodología para neutralizar o invalidar la oposición al pensamiento único progresista. Esta estrategia se sostiene en una estructura mediática que populariza términos como #ExtremaDerecha, #UltraDerecha, #Fachos y #ProCrimen. Estos marcan la pauta y los noticieros replican la consigna incesantemente, aplicando la filosofía de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.

No existe tema que escape al escrutinio de la cofradía progre-caviar. Una vez que imponen el estigma, persiguen al objetivo hasta cimentar en el imaginario una neutralización comunicacional sin retorno.

Esta coordinación es repetida por opinólogos a sueldo que saturan los espacios mediáticos. Así van introduciendo las etiquetas que marcan tendencias, alimentando a los algoritmos que priorizan la inmediatez. El debate profundo es reemplazado por Clips de treinta segundos sacados de contexto y Reels orientados a la reacción visceral. Es alarmante ver cómo operan en simbiosis con la tecnología para implantar estos sesgos en la gente.

Todo indica que este mecanismo será explotado vorazmente en la campaña electoral; lo de hoy es apenas un ensayo de la manipulación venidera. Estamos ante una maquinación perversa, montada bajo la bandera de la moralidad y la lucha anticorrupción, cuyo fin último es adormecer a unas juventudes que consumen información exclusivamente a través del Feed donde el algoritmo decide qué mostrarles. La vieja manipulación marxista ha migrado, con éxito, al ecosistema digital.