Los 18 jueces supremos titulares eligieron ayer a Janet Tello Gilardi como nueva presidenta del Popder Judicial (PJ), una institución que atraviesa una profunda crisis de credibilidad. La tarea es monumental para la magistrada, considerando el contexto adverso en el que se encuentra el PJ.
Según Datum, el 77% de los peruanos desconfía de los jueces. Estos también se llevan el primer lugar (30%) cuando se les califica como los que peor trabajan en la lucha contra la delincuencia. La percepción de la ciudadanía es lapidaria contra el PJ y a Janet Tello le toca la titánica tarea de recuperar el prestigio de la institución. Su gestión no solo abarcará la dirección de la Sala Plena y el Consejo Ejecutivo, sino también la labor de articular un sistema judicial eficiente, transparente y alineado con las expectativas ciudadanas.
El nuevo liderazgo debe priorizar la lucha contra la corrupción, modernizar la gestión judicial y fortalecer la independencia del PJ frente a presiones externas. Este momento definirá el rumbo del Poder Judicial, pero se necesita desterrar la politización, los sesgos y las alianzas con ONG nefastas para la administración de justicia.
En una institución que debe ser el pilar de la justicia y el estado de derecho, no hay espacio para titubeos ni agendas personales. El país necesita una presidenta del PJ que sea capaz de liderar con firmeza, ética y visión. Que los jueces supremos actúen con la responsabilidad que la magnitud de esta elección exige.