El nuevo presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, solo merece recibir el voto de confianza del Congreso si es capaz, al menos, de presentar un plan integral, coherente, realista y con al menos posibilidad de éxito contra la criminalidad que mata, extorsiona, roba, secuestra, depreda la naturaleza y corrompe autoridades.
Si el premier Arana va a ir al Congreso a exponer lugares comunes, a insistir con estados de emergencia que no funcionan, a dar muestras de no saber qué hacer con Pataz, los penales, los delincuentes venezolanos o la falta de trabajo articulado dentro del Estado, que mejor lo manden a su casa y que venga otra personas.
La falta de rumbo del gobierno de Dina Boluarte en la lucha contra la inseguridad, que se traduce en la designación de ocho ministros del Interior en dos años y medio, y la declaratoria de estados de emergencia que solo sirven para la foto, tendría que ser revertida drásticamente por la gestión de Arana, si es que quiere el voto de investidura.
Es verdad que el equipo ministerial tiene muchos retos por delante que deben ser expuestos ante el pleno cuando acuda a pedir la confianza. Sin embargo, el asunto de la inseguridad es vital. Están matando a los peruanos y se deben exigir soluciones desde un Congreso que, en teoría, representa a los peruanos que estamos bajo el fuego de la criminalidad.