Correo exige editorialmente un acuerdo nacional urgente para superar la crisis que se ha hecho crónica. Es un aporte en la buena dirección para impedir que el Perú devenga en un Estado fallido. Lo primero es recobrar la confianza en la democracia y en sus instituciones, hoy bloqueadas y sin capacidad ante los graves problemas de un país que viene funcionando en piloto automático, por supervivencia y responsabilidad individual, con la incertidumbre de cada día, sin una élite política que asuma la obligación de rescatar al país de una crisis que dura más de cuatro años. Pedro Castillo, lanza flamígeros discursos con los que cree ocultar la corrupción de su entorno más cercano y encontrar apoyo político. Secundado por un séquito obsecuente igualmente instalado en la depredación fiscal. Vivimos el teatro del absurdo del que no está lejos el Parlamento bloqueado que no logra una salida legítima a la situación. Se alista una tercera moción de vacancia presidencial pero no hemos visto debate sobre lo que le espera al país. ¿Tendremos a Dina Boluarte como solución, peor aún que lo presente? La decisión mayoritaria por la vacancia debe ser acompañada de un acuerdo mínimo que pasa por elegir a la cabeza del Parlamento un presidente de transición con capacidad y firmeza para convocar a los mejores peruanos a una tarea que no será fácil. Se impone un compromiso para terminar con el desgobierno y la corrupción, pero no comienza ni termina ahí. La vacancia es un instrumento de doble filo si no se reflexiona y debate sus consecuencias. Necesitamos elecciones generales y un acuerdo que se adelante a los escenarios en economía, seguridad y salud. Una agenda mínima legislativa debería estar siendo discutida con la responsabilidad que implica asumir la representación nacional.

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