Quienes en Perú, EE.UU., Europa u otras partes del mundo, increíblemente siguen resistiéndose a las vacunas, cualquiera sea la que se cuente en el mercado farmacéutico mundial, en general aducen que nadie ni nada puede obligarlos a hacerlo porque se trata de su salud y, finalmente, de sus cuerpos como unidad y estructura individual indivisible sobre la cual ninguna medida podría imponerse en sentido contrario. En rigor esta visión que no deja de ser absoluta entre las victorias asociadas a los derechos individuales, en el fondo es verdad.

Pero, cuidado, debemos centrar el asunto. En efecto, ninguna de las medidas dictadas por el Poder Ejecutivo en los países donde se viene aplicando la exigencia protocolizada de mostrar física o electrónicamente el carnet de vacunas a la hora de ingresar en espacios públicos cerrados, etc, como en Perú, significa ni supone por asomo, la obligación de tener que vacunarse, lo que sería un completo atropello a la voluntad individual. Nada de eso. Mientras ninguna medida gubernamental realmente podría obligar a las poblaciones a vacunarse, sí, en cambio, las exigencias para evitar el explosivo aumento de contagiados y otros compromisos sanitarios que podrían poner en una mayor vulnerabilidad a los grupos sociales, constituye una obligación erga omnes, es decir, para todos sin excepción. Lo anterior se debe traducir de una sola manera: el interés social colectivo siempre es superior al interés individual.

No es que el primero atropelle al segundo pues la obligación no está en que las personas deban vacunarse sino en que para acceder en espacios colectivos, será consistentemente imperativo exigir la vacunación, que es distinto. Esto último traduce el principio jurídico que consagra que, el derecho de uno acaba donde comienza el del otro. Dado que a nadie le gustaría aparecer como paria, es decir, aislado de la comunidad, no quedará otro remedio para quienes persisten en su actitud recalcitrante a la vacunación, tener que hacerlo porque los seres humanos vivimos en base al pacto social que es actualmente evita la anarquía en medio de la pandemia.