Qué difícil es explicarle a la gente que retirar el 25 por ciento de sus fondos de las AFP no es la mejor apuesta en estos momentos de crisis. Están tan desprestigiadas las AFP y es tan delicado el momento por el que pasan millones de familias peruanas que sustentar eso es ser catalogado de defensor interesado del sistema privado de pensiones o de antipatriota. Pero los periodistas tenemos un compromiso con la verdad, y ocultarla sería ir contra los principios básicos de nuestra profesión.

Y en honor a esa misma verdad es que también podemos señalar que el sistema previsional es un desastre, y que urge ser revisado y reformado. Nadie se ha querido comprar el pleito, ni siquiera los políticos que antes estuvieron en el poder y hoy se adhieren al reclamo de la liberación del 25 por ciento de aportes. Ojalá hubiesen planteado antes una salida más responsable, concienzuda y técnica para los pensionistas en un clima económico distinto, y no en el momento crítico actual en que los valores están cayendo por lógica consecuencia de una pandemia que ha afectado el mercado.

Y aquí también vale la crítica a los especialistas financieros, a los empresarios y los grandes líderes del sector privado y económico. Ellos se pasaron en promesas de mejora y de reformas que hasta ahora siguen esperando. Pidieron paciencia y no movieron un dedo. Ahora recién están sintiendo los efectos de ese dejar pasar, de ese inmovilismo conveniente.

Ahora, quizás termine aprobándose un proyecto de ley por el que la mayoría presiona. Es justo, probablemente lo sea, pero llega en un momento poco conveniente no solo para el sistema sino para el aportante mismo. Esto ya lo han advertido varios especialistas: el retiro masivo de esos fondos (que es lo que ocurrirá ni bien se apruebe esto) en medio de esta crisis terminará por tirar aún más abajo el dinero de los aportantes. Es una apuesta de riesgo que nadie vio venir, lamentablemente.