Despiertan pasiones, generan desencuentros, hasta riñas familiares, pero igual tienen un público fiel que los sigue. Benditos formatos televisivos tan de moda en los que el televidente es el que vota, elige a su ganador, a pesar de lo que opine el jurado, especialistas musicales y demás profesionales calificados. La Voz es uno de ellos, acaba de terminar su tercera temporada y, como siempre, no estuvo exento de la polémica. Como el próximo año volverá a las pantallas, no estaría

nada mal darles unos consejitos al jurado, participantes y televidentes que terminan con el hígado destrozado porque no ganó su favorito en la competencia. Allí va el primero.

-Estrellas foráneas y locales que se sientan en los sillones rojos y eligen a las voces del reality, entiendan

de una vez por todas que de nada vale que pongan cara de circunstancia cuando su “caballo ganador” se va quedando rezagado y el público respalda al que canta como para velada colegial; ustedes mismos lo pusieron en su equipo, no valen arrepentimientos. Entiendan por enésima vez que el pueblo tiene la última palabra y si en lugar de disfrutar su labor se les arruina el estado de ánimo con las decisiones de los televidentes, déjenle la sillita a otro colega.

-A los participantes, más cordura. Esta es una competencia en la que realmente “la voz” es solo uno de los elementos que influye en el público para el apoyo a su favorito, pero también pesan el carisma, el vestuario, la pinta, etc. Y otro consejito, si cuando llegaron ilusionados echaron flores a sus “coachs”, les rindieron toda suerte de loas y homenajes, sean hidalgos y consecuentes, y no conviertan a sus profesores y consejeros en sus enemigos cuando son eliminados.

-Y finalmente, para quienes se quedaron con las ganas de estar en la gran final, métanse bien en la cabeza que estos concursos de nuevas voces no garantizan el éxito de quienes ocuparon los primeros lugares.

Daniel Lazo, el ganador de la primera temporada, grabó un par de temas y ahí está, luchando. Ruby Palomino, la ganadora de la segunda temporada, aún no completa su disco, esa es la realidad dura y concreta. Lo único que se llevarán los que participaron en La Voz es la exposición mediática y la posiblidad de que el público sepa que existen. Hoy fuera de la TV, ganadora y finalistas, están todos en la cancha, en similares condiciones, ese es el verdadero reality.