He pensado siempre que el sistema privado de pensiones es conveniente para el Perú, luego de haber sido testigo de la ladronera y estafa que fue el antiguo sistema previsional público que colapsó en los 80. Pero encuentro poco defendible la actitud de tremendismo económico que han asumido las AFP ante el proyecto del Congreso de que los aportantes pudieran retirar el 25% de sus fondos de pensiones como paliativo a la crisis del coronavirus.

Primero argumentaron que esa proporción de retiro iba a hacer quebrar a las AFP. Cuando quedó claro que estas empresas generaban rentabilidad por años con mucho menos, dijeron que el retiro de tanta plata obligaría a liquidar gran parte de los bonos peruanos y eso traería abajo su precio. Pero ¡los precios de los bonos peruanos ya están bajando, y con ellos, los fondos pensionarios! ¿Acaso se va a echar la culpa a la gente de los vaivenes de los mercados de capitales del planeta? De última, aparece como argumento que, si la gente retira anticipadamente, se encarecerán los créditos para el Perú y su riesgo país subiría. ¡Por favor! ¿Cuánto más se encarecería el crédito internacional por esos retiros que ya es más alto desde el mismo momento en que el coronavirus arrasa las economías y obliga a incrementar la demanda mundial por endeudamiento externo?

Sin duda, el retiro afectará la rentabilidad de los fondos. Pero será un efecto marginal y menor. Por último, se pueden establecer topes de retiro por segmentos de ingreso. Además, en toda crisis, se privilegia la liquidez a la rentabilidad. Y los fondos de las personas, así nos lo dijeron siempre. Estamos en una emergencia excepcional y así mismo hay que responder. La economía no quebrará, tampoco las AFP. Pero ¿quién habla por la gente? ¿O no importa que quiebren, se endeuden o pierdan propiedades por los embargos? Cerrarse a esta posibilidad solo hará crecer el odio social a este sistema, impulsado por sus enemigos de siempre.