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Desde que se puso en la agenda pública del país el adelanto de elecciones generales para recortar el mandato del presidente de la República y de los congresistas al 2020, ambos poderes del Estado no han sido capaces de ponerse de acuerdo y han dilatado buscar una pronta solución a esta crisis política.

El presidente Vizcarra mostró en su mensaje a la Nación del 28 de julio su propuesta de adelanto de elecciones generales; sin embargo, lo cierto es que esta propuesta fue presentada formalmente días después. Desde ese momento se ha podido observar un claro afán del fujimorismo, el APRA y sus aliados en el Parlamento de retardar todo lo posible el debate de esta iniciativa legislativa, para que en la práctica no se ajuste al calendario electoral y se vuelva inviable.

Lo mismo sucede con el Ejecutivo. Su paquete legislativo sobre la reforma política, por el que planteó la cuestión de confianza, recién fue promulgado el último día dentro del plazo legal, generando por un lado incertidumbre y por otro expectativas sobre si la reforma política iba a ser observada o promulgada.

Igualmente, los representantes del Ejecutivo y el Legislativo se reunieron en la última sesión del Consejo para la Reforma de Justicia, donde previamente habían acordado dialogar para buscar una salida a la crisis y darle viabilidad al proyecto de ley de adelanto de elecciones, pero han decidido que recién la próxima semana conversarán sobre esos temas, demostrando incapacidad de darle una salida rápida a la crisis.

Las dilaciones de ambos poderes del Estado solo los hacen perder legitimidad ante la población, demostrando no estar a la altura de las circunstancias.