Según las últimas encuestas, la popularidad del presidente Martín Vizcarra se mantiene en todo lo alto, pero resulta paradójico que su gestión para contener el coronavirus vuele bajo. Otro que marcha bien en los sondeos es el ministro de Salud, Víctor Zamora, sin embargo, su aprobación no necesariamente se refleja en lo que sucede en las tareas del día a día para resolver la crisis en centros de salud y hospitales. No debe extrañar entonces que en los últimos días haya recibido duros cuestionamientos de representantes del Colegio Médico, incluso pidiendo su renuncia.

“El enemigo principal es el virus, nada nos debe distraer del objetivo de enfrentar la pandemia”, respondió Zamora a sus colegas opositores, quienes han criticado sintonizando con el descontento de los peruanos que no encuentran soluciones a sus problemas de salud en los hospitales.

Ello obliga al Gobierno a trascender en el corto plazo y a buscar puntos de consenso con los médicos. Y obliga también a los galenos a no quedarse en la mera y exclusiva denuncia para buscar superar este impasse. Es necesario mirar al futuro y no al pasado, para demostrar que hay voluntad y compromiso para superar la grave situación por la que pasamos todos los peruanos.