El 18 abril el presidente de la República anunció que no había fecha prevista para el desarrollo de clases presenciales en los colegios, por lo cual se debía mejorar y ampliar la educación a distancia. Y para que llegase a todos los alumnos se comprarían tabletas (laptops pequeñas) con cargadores solares y conexión a internet incluido, según la zona.

Al día siguiente se emitió el DL 1465 con el propósito de que el Minedu, pueda efectuar la adquisición de dispositivos informáticos y/o electrónicos para que sean entregados a los alumnos de instituciones educativas públicas focalizadas, así como la contratación de Internet para implementar el servicio de educación no presencial. Se establece un plazo de 30 días hábiles para la adquisición y un presupuesto de 790 millones de soles para la compra de 841 mil tabletas para los estudiantes de zonas rurales y, para aquellos que estén en el ámbito urbano de los quintiles uno y dos de pobreza. También 97,756 tabletas para los docentes (hubiese sido bueno que fueran laptops)

Teniendo en cuenta otras experiencias similares del Minedu y con la finalidad de que esta inversión sea efectiva, me permito sugerir : garantizar la tenacidad, durabilidad y calidad de estos recursos; planificar y ejecutar una rápida distribución para que lleguen oportunamente a alumnos y maestros; asegurar conectividad eléctrica y digital; capacitar lo antes posible a cerca de 100 mil docentes que serán involucrados en la educación remota; verificar que el costo sea el más conveniente; y supervisar permanentemente su utilización.

Termino con una pregunta que es fundamental para garantizar esta alta inversión y la incorporación de este proyecto al programa: “Aprendo en casa”: ¿Para cuándo los educandos beneficiarios serán partícipes interactivos utilizando sus tabletas (teniendo en cuenta la complejidad de los territorios y los tiempos pertinentes) en el servicio de educación a distancia? Es un gran desafío educativo