Aunque aún no le responde, la Autoridad para el Transporte Urbano (ATU) debería rechazar, de plano y sin atenuantes, el insólito pedido del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, para que su vehículo pueda circular por las vías exclusivas del Metropolitano. El burgomaestre busca evitar el caótico tráfico de Lima obteniendo un beneficio que constituye, en sí mismo, un pésimo mensaje para sus electores y los limeños en general.
La solicitud es inaudita por, al menos, estas tres razones: 1) Porque ante la ausencia notoria de una policía y una ATU que no se dan abasto para que colectiveros y vehículos particulares invadan esa zona restringida, López Aliaga se coloca en el mismo nivel, desvirtuando la razón de ser de la existencia de esa vía, 2) Porque la razón de la solicitud -evitar el tráfico de Lima- es, precisamente, una labor en la que el alcalde debe participar, junto al MTC, para que lo que representa una de las pesadillas de la vida diaria del ciudadano, deje de serlo. ¿Por qué el alcalde debe estar exonerado de esta tortura? y 3) Porque transgrede la legalidad al pretender justificar la solicitud apelando a un protocolo (COSAC 1) que solo se aplica para unidades vinculadas a emergencias como bomberos y patrulleros.
Además, es incoherente acusar a media prensa de “mermelera” y a medio país de “corrupto” y pretender obtener granjerías o prebendas ilegales e ilegítimas solo porque se es el alcalde de Lima, el capataz de la chacra o el dueño del partido. No, señor alcalde, Lima no es Renovación Popular ni usted tiene la concesión de su manejo como con Perú Rail. Aprenda a trasmitir civismo, respeto por los demás y fomente el inmenso valor de la igualdad con los ciudadanos que lo eligieron. No se crea el rey de Lima.