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El diálogo con cientos de educadores en diversos foros me ha permitido detectar que hay algunas dimensiones de la vida educacional que suelen estar ausentes de su consciencia.

Por un lado, al discutir la solución a los problemas de la educación usualmente se refieren a la coyuntura y al pasado, pero rara vez aluden al futuro que les espera y cómo podrían estarse preparando para eso. Habrá cambios tecnológicos con fuerte impacto en lo político, económico, psicológico y laboral de alumnos y docentes, pero eso no aparece en el menú de sus preocupaciones.

Por otro lado, el concepto de interculturalidad solo aparece en los pobladores de zonas no capitalinas hispanohablantes, y usualmente en referencia a asuntos de lenguaje y cultura, pero no es vista la interculturalidad internacional y global (por migraciones debido a búsqueda de refugio o por estudios, trabajo, matrimonio, etc.), que es algo que tiene mucho que ver con grandes valores como empatía y acogida, que están ausentes de su visión con respecto al tema.

También se nota ausente el tema digital. Se lo ve como la disponibilidad de equipos tecnológicos digitales y el software para uso de las clases escolares, pero no se abordan los cambios en la vida de los niños y jóvenes como consecuencia de ser habitantes del mundo digital, que tiene sus propias reglas, posibilidades y amenazas especialmente a sus hábitos, visión del mundo y salud mental.

Por último, hay una total ausencia de las posibilidades que ofrecería a las escuelas crear un gran movimiento de voluntariados por la educación.

¿Qué tal si ponemos todo esto en la agenda?