Lo sucedido desde la noche el domingo en el aeropuerto internacional Jorge Chávez, en que un fallo en el sistema eléctrico provocó un apagón en las luces de la pista de aterrizaje, deja en claro que hay mucho que hacer desde la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac), donde una nueva gestión acababa de tomar sus cargos cuando sucedieron estos hechos. Algunos funcionarios tenían cuatro días de nombrados.
Desde hace muchos años Corpac ha sido un “modelo” de entidad pública ineficiente y con las taras propias de gestiones marcadas por la corrupción, el mal servicio de brindan y los sindicatos que son un lastre. Hoy toca corregir esta situación que repercute en la calidad de la aviación civil, que es vital para actividades económicas como el turismo y los negocios.
La nueva gestión debe trabajar además, junto con el concesionario LAP, para poner a operar la segunda pista del principal aeropuerto del país con su respectiva torre de control, que como hemos visto en las últimas horas, presenta serias deficiencias. Tengamos en cuenta que las instalaciones fueron inauguradas hace un año por la presidente Dina Boluarte, pero ahí quedó todo.
Ningún país que se respete puede sufrir un cortocircuito y quedarse sin operaciones en su principal aeropuerto, y de paso afectar todo el tránsito aéreo en el continente. La dejadez, la ineficiencia y la corrupción de años, tiene que ser cortada de raíz antes que los viejos problemas nos vuelvan a estallar en la cara.