Lo que se vive en la región Loreto es un drama por donde se mire. Hasta el sábado tenía mil 735 casos de personas infectadas y 67 fallecidos. Siete médicos que prestaban servicios en la zona han muerto y un grupo de galenos afectados han tenido que ser evacuados a Lima tanto por cuenta del Estado como del Colegio Médico del Perú (CMP), que ha puesto de sus recursos a fin de salvar la vida de los miembros de su orden contagiados.

A los médicos se les debe proteger porque aparte de seres humanos y ciudadanos peruanos, son los llamados a estar en la primera línea de batalla contra el COVID-19, en la que muy pocos quisieran estar. No olvidemos que desde el inicio de la emergencia, galenos, enfermeras y auxiliares se han venido quejando por la falta de implementos de seguridad, pese a tener que trabajar a pocos centímetros de los enfermos y también de los cuerpos que se van acumulando.

Pero más allá de eso, es urgente un trabajo integral para reducir los efectos del coronavirus en la región Loreto. No hay ni cómo brindar oxígeno a los afectados por la enfermedad, que en muchos casos han muerto en los pasillos de los hospitales de un sistema de salud regional que hace agua desde el primer momento. Otro problema es que el número de médicos disponibles para atender a los enfermos, se ha visto mermado porque muchos hoy son también víctimas.

Loreto y principalmente su capital, Iquitos, está geográficamente castigada por la imposibilidad de llegar allí por carretera desde otras ciudades o Lima. Por eso el transporte aéreo, siempre escaso y costoso, es vital. Sin embargo, en una situación como la que se vive hoy, es necesario poner la voluntad política por delante y actuar a fin de que no haya más gente muriendo junto a los médicos. No basta con aplaudirlos a las ocho de la noche.

Una guerra no se gana sin soldados y menos si son abandonados por quienes deberían velar por su bienestar, pues eso hará que los que vengan detrás lo piensen dos veces antes de poner el pecho. Loreto necesita de todos los peruanos en estos momentos tan críticos. No se puede esperar más porque la gente se está muriendo. Tenemos que mirar a esa región tan postergada, y tomar medidas urgentes desde todos los frentes.