Ayer se cumplieron 32 años de la creación de la Policía Nacional del Perú, fecha en que se recuerda la reunificación de los tres cuerpos que conformaban las llamadas Fuerzas Policiales. Lamentablemente, esta fecha no toma a la heroica institución de Alipio Ponce y Alcides Vigo en su mejor momento, por lo que es necesario que el actual gobierno de transición adopte medidas urgentes.

Ayer el presidente Francisco Sagasti ha recordado la muerte de 516 agentes a causa de la pandemia de COVID-19. Eso no es poca cosa. Aparte del pesar que eso significa, es vital mencionar que esos fallecimientos han tenido mucho que ver con los actos de corrupción cometidos por malos elementos que deben ser separados y procesados para que no dañen a la Policía Nacional.

De igual forma, se deben adoptar medidas legales contra aquellos que hicieron uso indiscriminado de la fuerza contra la población, tanto en los sucesos del 14 de noviembre como en el paro de los trabajadores agroexportadores. Los responsables tienen que ser identificados individualmente. Las acciones de malos elementos no pueden manchar a toda una institución que merece el respeto de todos los peruanos. En este diario hemos pedido reformas y la salida de los malos efectivos. Es necesario y urgente. Lo exigimos con la misma fuerza con que abrazamos a cada buen policía por el día de su institución