Los muertos y heridos de la campaña

Se viene un terremoto en el Perú que podría ocasionar pérdidas, caos y hasta alerta de tsunami: la segunda vuelta entre Keiko y PPK. Corren las apuestas a ganador, pero no habría que quitarles el ojo a los que salieron de competencia en la primera vuelta. Varios se resisten a danzar el baile de los que sobran.

* Alejandro Toledo ya fue. Eso de que ahora se dedicará a “reorganizar Perú Posible” suena a “Buenas noches, Zaraí”. Y encima tiene el caso Ecoteva encima.

* Alan García, según confesión propia, ha entrado en hibernación, lejos del mundanal ruido. Aunque la amenaza de un nuevo libro está hecha.

* Lourdes Flores: nacida para perder. Ni sola ni en alianza. Qué lástima, porque se trata de una política de peso. Quizá con el tiempo lamentemos su postergación.

* Daniel Urresti: perdió pero ganó. De ministro enjuiciado por el asesinato de Hugo Bustíos saltó a candidato presidencial del movimiento de Nadine y, con ese rédito, ahora busca el partido propio con los disidentes del nacionalismo.

* César Acuña: el pobre solo tiene dinero como cancha. Lo que no se entiende es cómo sacó varios congresistas si el plagio parecía haberlo sepultado. Grande el Perú.

* Yehude Simon debería saber que ya estuvo bueno. Ha cambiado tantas veces de dirección que el viento lo ha dejado sin color conocido.

* Ántero Flores-Aráoz tiene las gracias del país por los servicios prestados en diversos cargos. Ahora puede dormir a pierna suelta, como un gato.

* Julio Guzmán se sacudió de Todos por el Perú, su vientre de alquiler, y emprenderá la hazaña de la recolección de firmas para correr solo.

* Alfredo Barnechea recogió algo para su libro: nunca más rechaces un buen chicharrón ni dejes de ponerte el sombrero que te ofrecen. Se metió dos lampazos en los pies.

* Fernando “Popy” Olivera ametralló a García y logró pantalla, pero no le alcanzará la escoba para volar a una nueva candidatura. ¿O sí?