Estamos a menos de un mes de la segunda vuelta electoral que enfrentará en las urnas a Keiko Fujimori de Fuerza Popular y Pedro Castillo de Perú Libre. Debido a la coyuntura, diversos especialistas han analizado lo que proponen ambos partidos de llegar a la presidencia en economía, salud, seguridad ciudadana, educación, entre otros sectores, pero ¿qué plantean estas agrupaciones en materia de cultura?
En el capítulo IX, “Sobre Cultura y Turismo” del ideario y programa del señor Vladimir Cerrón que avala el candidato Castillo, lo que más resalta, no es definitivamente alguna medida efectiva para enfrentar la crisis, sino una declaración de principios: “El Estado peruano debe garantizar la difusión de la cultura en todos los medios, elevando el nivel de identidad de nuestra sociedad, evitando que seamos víctimas de la alienación, elemento básico para la colonización económica, política y cultural”.
También leemos que: “las capitales de las regiones y las provincias no todas cuentan con museos ni teatros (...). Valgan verdades, el capítulo relacionado a la cultura, no es el más extenso, ni al que le toman mayor interés. Veamos ahora lo que nos ofrecen los integrantes de Fuerza Popular para un campo que durante el último año ha vivido la crisis más severa de su historia. Luego de dar cifras y porcentajes de cómo ha afectado la pandemia a la industria cultural y las pérdidas que han sufrido sus integrantes, en el plan que está disponible en las webs, se contemplan varias propuestas.
Se plantea fomentar la creación del título universitario de Maestro Artesano, implementar una infraestructura cultural de primer nivel y la realización de actividades culturales, locales, regionales, nacionales e internacionales en todas las regiones del Perú a bajo costo o gratuitamente. La dinamización y modernización del patrimonio cultural y la promoción de la investigación científica, también destacan de entre otros ofrecimientos.
En resumen, en medio de un escenario bastante complejo para la industria cultural, quienes tomen las riendas del ministerio respectivo tendrán primero que enfrentar la crisis en el sector para luego proponer cambios y mejoras. Ojalá nomás que, como siempre, la cultura no termine siendo la última rueda del coche.