Los políticos
Los políticos

La señora Carmen Omonte hace tres años era una orgullosa ama de casa. Decidió que podía ocupar mejor su tiempo y le pidió a su esposo que la ayude a participar en política. Tantearon en algún partido, parece que el PPC, y finalmente gracias a sus excelentes relaciones con Alejandro Toledo y Carlos Bruce lograron ubicarla en un puesto en la lista al Congreso de Perú Posible. En el último de los candidatos por Huánuco.

Gracias a una bien financiada campaña logró salir electa. Gracias a Alejandro Toledo se convirtió en vocera de su bancada, desplazando a otros congresistas con mayor antigüedad en el partido. Activa participante en el Parlamento, fue electa en la Mesa Directiva y hace menos de un mes, nombrada ministra de Estado. En tres años ha tenido una carrera política meteórica que a otros les demora décadas.

A Carmen Omonte no se le conocen, entre la clase política, antecedentes de trabajo social ni esfuerzos de carácter intelectual previos a su presencia en el Parlamento. ¿Cómo así un día se iluminó y decidió entrar a la política?

La política es la mayor forma de caridad, dice la doctrina social de la Iglesia. A la política se debiera llegar luego de una vida exitosa a nivel empresarial o profesional de tal manera de poder aportar. Puede ser también luego de desarrollarse como dirigente social o de una trayectoria partidaria. Esto garantiza que conozcamos a quienes piden nuestra confianza y no nos encontremos con sorpresas de problemas con la justicia, de nula formación moral, o de problemas sicológicos que aparecen.

Lamentablemente sin partidos, con reglas laxas y nula supervisión, en cada elección somos sorprendidos por una caterva de aspirantes a dirigir nuestros destinos, blindados solo por su ambición. Esto debe cambiar.