La liberación de los últimos 20 rehenes israelíes que permanecían vivos en manos del grupo islámico Hamás desde hace más de dos años, es una excelente noticia para el mundo que ayer ha sido testigo del retorno de la calma a Medio Oriente que se rompió con la brutal matanza cometida por terroristas que el 7 de octubre de 2023 irrumpieron en Israel para matar, violar y secuestrar a gente inocente.

Pero llegar a este punto no ha sido nada fácil. De por medio ha ocurrido la incursión armada israelí a Gaza, que casi ha arrasado con la franja ocupada por palestinos, lo que ha generado una crisis humanitaria pocas veces vista, todo consecuencia del ataque de hace dos años que se ensañó con mujeres, ancianos y niños que se encontraban en casa con sus padres.

Para la devolución de los rehenes, que en buena cuenta ha sido un canje con palestinos detenidos en Israel –algunos de ellos condenados a cadena perpetua– y el retorno de la paz, ha sido vital el rol jugado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien contra todo lo que se le pueda cuestionar, ha conseguido salvar muchas vidas.

Es de esperarse que la paz en Medio Oriente sea duradera y que el mundo no sea testigo nunca más de hechos como los vistos en el sur de Israel durante el salvaje ataque de Hamás, ni de los efectos que ha dejado en Gaza la respuesta del país agredido.