Las lluvias que azotan el país han incrementado el número de huaicos, desbordes e inundaciones, dejando a su paso destrucción y desesperanza en numerosos distritos. Con el aumento de fallecidos y viviendas afectadas, el impacto de estos desastres es cada vez más devastador. Sin embargo, más allá de la fuerza de la naturaleza, hay factores humanos que agravan la tragedia y evidencian la falta de previsión y gestión del riesgo.

La informalidad en la construcción de viviendas en zonas críticas es un problema evidente, pero no es solo responsabilidad de los ciudadanos. La falta de planificación urbana, la inacción de las autoridades y la permisividad en la expansión de áreas vulnerables han contribuido a aumentar el peligro. En los últimos cinco años, las zonas propensas a huaicos e inundaciones han crecido 20%.El panorama podría agravarse en los próximos días. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ha pronosticado lluvias de moderada a fuerte intensidad en la sierra y la selva alta, así como precipitaciones en la costa norte e Ica. Esto no solo podría traer más destrucción, sino también interrupciones en las carreteras y servicios básicos como agua potable, electricidad, telefonía e internet, afectando la vida cotidiana de miles de peruanos. Esperemos que las autoridades hayan hecho bien su trabajo para evitar más lamentaciones.