Un elefante pasa frente a nuestras narices y no nos hemos dado cuenta. El creciente interés de inversionistas extranjeros por infraestructura portuaria en nuestro país, en un contexto de reordenamiento del transporte marítimo internacional hacia un enfoque logístico y de integración vertical de actividades económicas vinculadas como resultado de la crisis de las cadenas de suministro, genera una gran oportunidad para el desarrollo del Perú.
Sin embargo, el Estado no ha logrado aún integrar políticas públicas de desarrollo portuario concretas.
El instrumento que guía el desarrollo portuario en el Perú se resume en un documento denominado “Plan de Desarrollo Portuario Nacional” que se encuentra desactualizado. Pero aun sí estuviese actualizado, este documento básicamente hace énfasis en el planeamiento de infraestructura, pero se mantiene enunciativo respecto de otros temas como sistemas de seguridad portuaria, traslado de mercancías peligrosas, entre otros.
Al día de hoy solo tenemos una propuesta del congreso que hace modificaciones puntuales a la Ley del Sistema Portuario Nacional, y una solicitud de facultades legislativas por parte del Ejecutivo al Congreso que se centra en la ampliación del plazo máximo de entrega de infraestructura pública en administración al sector privado.
Si me permiten la analogía, el país hoy prefiere concentrarse exclusivamente en unas cuantas hojas del árbol sin mirar el frondoso bosque que tenemos frente a nosotros. Bosque de oportunidades económicas para el país que ameritaría una concienzuda revisión y análisis de la Ley del Sistema Portuario Nacional. No miremos solo las hojas que caen en el momento, sino el bosque completo.