El presidente Martín Vizcarra anunció ayer que el país llegó al tope de contagios por coronavirus y que en breve comenzará el descenso de casos. Además detalló razonables mecanismos de control en los focos de contagio, como los mercados. Esperemos que todo sea parte de la solución de los problemas y de una información comprobable, sino solo será un buen deseo del jefe de Estado.

También pidió el apoyo de todos. “Este es un trabajo de equipo”, exclamó, dejando en claro que el consenso entre la población, el Gobierno, las fuerzas sociales y políticas es muy importante. “Que prime la fuerza de la unidad y no de la división”, precisó en claro afán de despolitizar la lucha para contener el coronavirus.

Es evidente que los criterios de solidaridad y de interés social deben formar parte de la agenda en esta tarea, pero el rol del Estado en la economía y la atención de las necesidades básicas es fundamental para la tranquilidad y el optimismo de los peruanos. Más que buenas intenciones, la gente necesita ayuda concreta y vigilante atención para que se cumpla todo lo que se promete. Solo así se acumularán todas las esperanzas de tiempos mejores, particularmente entre los peruanos más vulnerables.