La congresista Patricia Chirinos anunció ayer en el Congreso un pedido de vacancia presidencial. Por supuesto, el objetivo está muy lejos de concretarse, pero esto ha generado reacciones a favor y en contra. Es evidente que en estos momentos este tipo de propuestas producirá más crispaciones y ruido político, que resultados concretos. No es muy difícil presentar 26 firmas para presentar formalmente una moción al respecto, lo que es casi imposible es conseguir hoy los 87 votos que se requieren para remover a Pedro Castillo del máximo cargo de la Nación.

Congresistas de Alianza para el Progreso y Acción Popular, que han sido el fiel de la balanza en las votaciones recientes en el Legislativo, anticiparon que están en contra del pedido de vacancia. Si a esto le sumamos, que hace dos días, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, descartó que este tema esté en la agenda del Parlamento, es lógico pensar que el trámite de Patricia Chirinos no llegará a buen puerto, al menos por ahora.

Es una perogrullada decir que el país necesita estabilidad política para emprender un mejor rumbo. Sin embargo, la primera persona que debe garantizar ello es el presidente Castillo. Si hay rechazo, desaprobación y protestas no solo de los políticos, sino también de la gente, es porque en Palacio no encuentran el líder que se necesita para sacar adelante el país.