El presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, en su exposición de ayer ante el Congreso, ha trazado la cancha y para furia de algunos que antes lo aplaudieron a rabiar por su antifujimorismo y antiaprismo radical, ha destacado la importancia que tiene la explotación minera formal y bajo supervisión estatal para la economía peruana que en estos días está por los suelos a causa de la pandemia, lo que se traduce en más pobreza.

La semana pasada el ministro de Energía y Minas, Rafael Belaunde, adelantó en entrevista a Correo que para el final de este gobierno se tiene previsto dejar en operaciones los proyectos Mina Justa, Quellaveco y la ampliación de Toro Mocho, mientras que se espera dejar otros en etapa de construcción. Es vital la puesta en marcha de todo esto y quizá más. Son millones de dólares dormidos en tiempos en que aumentan el desempleo y las necesidades.

Sin embargo, como estamos en el Perú, habría que preguntarnos qué tanto se podrá avanzar en desarrollar los proyectos mineros pendientes debido a la conflictividad azuzada por esos personajes que se oponen a la extracción formal y supervisada pero, como ha dicho ayer el premier Cateriano, no mueven un dedo frente a tragedias ecológicas como las de Tambogrande, La Pampa y otras donde informales echan mercurio y cianuro a suelos y ríos ante el silencio cómplice de los “ambientalistas”.

Hay que ser realistas y tener en cuenta que se vienen las elecciones y que muchos sectores “anti” como los que frustraron Conga y Tía María se van a movilizar para evitar proyectos mineros y, obviamente, hacer ruido y tratar de ganar votos, que es su principal objetivo. Si sus reales motivaciones fueran de orden ecológico, hace tiempo hubieran puesto toda su maquinaria al servicio de frenar los daños de la extracción ilegal que genera, además, explotación infantil, laboral y evasión tributaria.

A propósito, han pasado casi diez años del naufragio del perfectible proyecto Conga, en Cajamarca, y sería bueno preguntar a todos aquellos que se opusieron a la minería y planteaban la generación de recursos a través del turismo, la ganadería y agricultura, si alguna de sus propuestas ha servido de algo. Lo señalo debido a que dicha región es una de las más pobres del país y hoy, en tiempos de pandemia, la gente se muere en las calles sin hospitales, médicos ni medicinas.