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La violencia contra la mujer no admite medias tintas, hay que rechazarla, condenarla, exigir que se castigue con las penas más duras. La sufren a diario millones de mujeres, aquí y en el mundo entero. Amas de casa, profesionales exitosas, heterosexuales, lesbianas, pobres, ricas, y en la lista no podrían estar ausentes aquellas mujeres que vemos a diario en televisión, figuras que muchos imaginamos viven vidas de cuento de hadas... creemos. A inicios de semana, como si fuera una historia repetida, ya escuchada, nuevamente fuimos testigos de la grave denuncia de una exintegrante de un popular reality de competencia sobre su expareja (también modelo de un espacio del mismo género) de violencia psicológica, y presentó como pruebas, audios de conversaciones telefónicas entre ambos que evidenciaban lo que ella relataba con pelos y señales en un programa de televisión especializado en espectáculos. Muchos dicen por qué Alejandra Baigorria, la protagonista de la historia, no lo contó antes, lo mismo que dicen las malas autoridades cuando una mujer cansada de vivir un calvario llega a denunciar al esposo luego de años de estar callando. Pero llega un momento en el que se pierde el miedo y Alejandra, como muchas otras, finalmente se armó de valor. Quienes están del otro lado afirman que los audios que prueban violencia psicológica fueron editados, pero eso lo tendrán que determinar los especialistas, mientras que otros sospechan de la denuncia por extemporánea y hasta afirman que se hizo por fines de competencia televisiva; eso, si es cierto, quedará en la conciencia de la protagonista. Aquí lo real y contundente es que no hay que permitir violencia de ningún tipo, se debe siempre combatir, denunciar, por más popular y querido por el público que sea el agresor. Y esto no debe quedar allí, hay algo que anda mal en el estado emocional no solo del victimario, también de la víctima, algo que hay que enfrentar profesionalmente para curar y sanar. Lo importante es no hacerse el loco, mirar para el otro lado cuando esto sucede, y ya es hora de que también empiecen a ponerse en vereda esos conductores de televisión que califican a la mujer a su regalado gusto, no por sus cualidades profesionales. Por si no lo saben, decirle de todo a la que te cae mal también es una forma de violencia en contra de la mujer y eso hay que desterrarlo en todas sus formas.