De Perú Libre y sus bancadas satélites no se puede esperar mucho. Responden a Vladimir y siguen creyendo en el golpista Pedro Castillo, al que incluso sueñan con ver de vuelta en Palacio de Gobierno. Sin embargo, en el Congreso hay otras agrupaciones que deberían pensar muy bien antes de apoyar en segunda votación la puesta en vigencia la llamada “ley mordaza”, con la que se busca dar prisión efectiva a periodistas.
Leyes que parecen salidas de dictaduras impresentables como las que adora de rodillas Perú Libre, no pueden pasar en un país democrático, especialmente con una clase política que siembra tantas dudas.
Necesitamos que la prensa independiente cuente con las herramientas mínimas para hacer su trabajo, sin que sobre su cabeza haya una constante amenaza de los periodistas vayan a parar a un penal.
Es evidente que la llamada “ley mordaza” es una venganza del Congreso por las denuncias de “mochasueldos”, comilonas pagadas por todos los peruanos, viajes innecesarios y hasta el regalo de billeteras por el Día de la Madre. Pero aunque no les gusta, eso se llama libertad de expresión y es parte vital de una democracia, algo que no conocen los cerronistas ni castillistas que han querido pasar por agua tibia el golpe de Estado de 7 de diciembre.