Hoy es el sexto aniversario del victorioso fallo de la Corte Internacional de Justicia - CIJ sobre la controversia jurídica de delimitación marítima que el Perú mantuvo con Chile.

A la fecha, no han modificado su cartografía marítima conforme el trazado establecido en la sentencia del tribunal que acabó para siempre con el paralelo de facto y unilateral hasta la milla 200 que impusieron por la fuerza en la zona de la frontera con el Perú, privando por décadas a los tacneños y moqueguanos del mar que legítimamente les correspondía.

Eso significa que el mapa marítimo oficial de Chile sigue siendo el anterior al fallo, es decir, el del referido paralelo de 200 millas, constituyendo una completa burla a la propia Corte, órgano judicial de las Naciones Unidas, y por supuesto al Perú, y a nuestra Marina de Guerra, que llevó adelante el impecable y escrupuloso trabajo técnico de elaboración de la nueva cartografía del Mar de Grau, conforme a la letra y el espíritu de la sentencia de la CIJ.

Deberíamos aprovechar nuestro cada vez mayor empoderamiento en la expectante y promisoria Alianza del Pacífico que integramos con Chile, Colombia y México, y últimamente valorar la compleja coyuntura político-social chilena que volvió a este país y a su gobierno más vulnerables que nunca, para persuadir a Chile a que lo haga.

Por eso es muy importante recurrir a la geopolítica que nos da las bases para la mejor estrategia nacional en este asunto y así Chile acabe con su política exterior del escamoteo y resuelva ir con el Perú, juntos y de la mano, a registrar en la Secretaría General de la ONU, el acta que consagra el punto exacto del límite marítimo -con coordenadas geográficas- de la ya referida delimitación establecida por la Corte en la intersección de la proyección del paralelo que pasa por el Hito No.

1 con la bajamar, es decir, en la orilla del mar. No dejemos para las calendas griegas -el perfeccionamiento del fallo conseguido- asuntos centrales de nuestra política exterior como bien lo subraya el renombrado estadounidense Ronald Bruce St John, en su libro “La Política Exterior del Perú” (1999, 279 p.), que ningún diplomático, militar, periodista, internacionalista o especialista peruano en general, debe dejar de leer.

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