A propósito del viaje del presidente Humala a España para promocionar nuestras potencialidades y abrir nuevos mercados para nuestros medianos y pequeños empresarios, es bueno relievar que nuestros lazos con España son de carácter histórico. La fusión cultural con la península Ibérica dejó hondas huellas en el camino. Basta recorrer nuestras serranías para visitar sus iglesias y verificar el sello del sincretismo precolombino con el hispánico en las innumerables expresiones mágico-religiosas de naturaleza confesional. El avance tecnológico de España en el momento del descubrimiento de América era enteramente superior al estado de evolución que tenían los incas del Tahuantinsuyo, que por cierto fue una alta cultura americana. Ello explica la comodidad con que se produjo la conquista, donde la superioridad militar de los españoles era una realidad incuestionable. Pocos europeos montados en caballos lanzando disparos con arcabuces pudieron reducir rápidamente a los atónitos indígenas que fueron superados por el temor antes que por los propios peninsulares. El virreinato mostró a sus anchas el mestizaje, nuestro mayor valor cultural que cuando república no hemos aprendido a exponer como lo más extraordinario de nuestro proceso histórico, relevando nuestra riqueza fundada en la multidiversidad social. Hace bien el presidente Humala, entonces, en estrechar las vinculaciones con España para tapar la boca a quienes reniegan de este país sin percatarse de que, en la balanza de la historia, la conquista española resultó un hálito de esperanza en la idea de conservar para las generaciones venideras nuestro pasado precolombino, pues si acaso hubieran sido los anglosajones -guardo enorme respeto por mis ancestros maternos-, las posibilidades de que perviviera en nuestro imaginario el pasado de nuestra sociedad incaica hubieran sido mínimas. De lo contrario, miremos cómo los pieles rojas, los comanches y los apaches fueron prácticamente exterminados de Norteamérica, hay que decirlo. España es parte de nuestra historia como el Perú de la de ellos.