Hace poco participé de un evento, junto a dos mujeres extraordinarias, en el que conversamos, justamente, sobre el papel de las mujeres en la dirección de las empresas. Fue una conversa muy rica en la que cada una de nosotras compartió su experiencia personal en el tránsito a una posición de alta responsabilidad y exposición.

La mayoría de las participantes del auditorio fueron mujeres y fue muy agradable escuchar historias de crecimiento y esfuerzo personal y anécdotas muy humanas que todas escuchamos con admiración. En mi caso, compartí con el auditorio una pequeña historia que marcó mi vida para siempre: cuando tenía cerca de siete años, mis padres me llevaron junto a mis dos hermanos mayores a una función del circo de los hermanos Green, en Piura, donde vivíamos. Sentados frente a la pista principal, apareció un pequeño y hermoso elefantito con un lazo rojo atado al cuello.

Los payasos que lo acompañaban anunciaron que elegirían a un grupo de niños para pasearlos sobre su lomo. ¡Yo temblé de emoción! Subirme al elefantito se convirtió en mi sueño inmediato. Cuando el más grande de los payasos, con unos enormes zapatos negros, pantalón naranja y tirantes de bolas blancas se acercó a mí, lo mire maravillada: me extendió la mano y me invito a subir. Dudando y temerosa (características ajenas a mi personalidad desde niña) y sabe Dios por qué, le dije que ¡no! El sentimiento que me embargó por tamaña decisión y por negarme a mí misma tal oportunidad fue muy duro de asimilar y de digerir. Asumir que había perdido la oportunidad que tanto esperaba y que estuvo frente a mí y deje pasar por temor, me marcó profundamente y me ha acompañado hasta el día de hoy.

Esa noche aprendí que, en la vida, uno tiene que tomar las oportunidades de inmediato, sin dudar, y que muchas veces estas se presentan solo una vez. Que se alinien los “astros” para uno mismo en el espacio y tiempo en el que nos toca estar, ocurre una sola vez. Por ello, tomar oportunidades, asumir retos y lograr el éxito en lo que sea que uno se plantee, implica grandes esfuerzos, sobre todo de decisión. Uno por ciento de inspiración y 99 por ciento de transpiración es el lema, pero por sobre todo, una voluntad y perseverancia tenaz.