En menos de una semana, el Poder Judicial fue capaz de obtener una sentencia condenatoria contra el bailarín húngaro Attila Vajda Zoltan, por los execrables tocamientos indebidos a la modelo venezolana Korina Rivadeneira, ocurridos durante una función en un circo instalado en Santiago de Surco, evento que además fue cancelado por la municipalidad distrital.
La rapidez de la actuación de las autoridades de la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial merecen el respaldo de todos. Nadie podría estar en contra de su accionar en este caso. Sin embargo, llama la atención que frente a otros casos similares y en los que también hay evidencia contundente contra acosadores y degenerados, no veamos tanta diligencia y celeridad, especialmente de fiscales y jueces.
Deberían ver cuántas denuncias hay, por ejemplo, en el Metropolitano o el transporte público en general. Ideal sería que los responsables también sean arrestados, denunciados y sentenciados en menos de una semana como ha sucedido con el mencionado ciudadano húngaro que ahora dice estar arrepentido.
El editorial de hoy debió estar dedicado quizá a las Fiestas Patrias y a asuntos políticos al iniciarse el último año de la gestión de la presidenta Dina Boluarte, pero no es menos importante poner luces a la necesidad que los casos de tocamientos y acoso contra mujeres deben ser atendidos de inmediato, como si los jueces y fiscales tuvieran siempre las luces y las cámaras de televisión encima.