Una vez más el Gobierno da muestras de su renuencia de colaborar con la justicia y de su intención de obstaculizar las investigaciones sobre los presuntos actos de corrupción en el entorno del presidente Pedro Castillo. Ahora el objetivo es lograr la destitución del jefe del Equipo Especial de la PNP que apoya al Ministerio Público, coronel PNP Harvey Colchado, quien ejecutó la orden de allanamiento de Palacio de Gobierno el último 9 de agosto.

Esta es a todas luces otra arremetida del mandatario contra los que intentan cumplir su trabajo y encontrar la verdad. Es una reacción desesperada y temeraria del poder que solo transmite miedo. Es evidente que al incrementarse las denuncias, el Gobierno va mostrando las serias complicaciones que tiene para cumplir su promesa  de honradez y transparencia.

Esto nos debe llevar a otro nivel de reflexión sobre los escándalos en el Ejecutivo y alertarnos en lo posible que el presente episodio es una amenaza del presidente Pedro Castillo contra la independencia y autonomía de las instituciones.

Es obvio que la decisión del Gobierno contribuye a caldear nuevamente los ánimos en el país. Sin embargo, esperemos que el inspector general de la PNP responda con firmeza y justicia el escrito del  mandatario, elaborado por su abogado Eduardo Pachas, quien ayer dijo que el coronel Colchado “está endiosado por la prensa”. Un despropósito total.

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