En las últimas horas se ha sabido que el Tribunal Constitucional (TC) ha rechazado un cantinflesco recurso presentado por la defensa de Pedro Castillo, el cual buscaba no solo liberar y poner de vuelta en Palacio de Gobierno al reo del penal Barbadillo, sino también denunciar penalmente a las autoridades que de acuerdo a la Carta Magna tuvieron que velar por continuidad de la democracia y el envío a la cárcel del golpista de Chota que parece vivir en otra realidad.
Da vergüenza ajena que una persona que ha ocupado la Presidencia de la República, aunque se trate de un tipo tan limitado y patético como Castillo, esté apelando a argumentos que son una burla y hasta una payasada. Este sujeto y sus abogados afirman que hubo una “concertación delictiva” para echarlo del poder y mandarlo a la cárcel, como si el mundo entero no hubiera sido testigo de la proclama golpista lanzada desde el Despacho Presidencial.
Con este recurso pretendían atribuir responsabilidad penal a la actual mandataria Dina Boluarte; a José Williams, presidente del Congreso al momento del golpe de Estado; Patricia Benavides, fiscal de la Nación en esa coyuntura; y al juez supremo Juan Checkley, quien ha dispuesto su prisión preventiva. En otras palabras, Castillo y sus abogados creen que todos son culpables menos el que dio una patada a la democracia y ordenó el cierre del Congreso y la captura arbitraria del sistema de justicia. Todo de cabeza.
Muy bien que el TC haya rechazado este recurso que no hace más que mostrar la precariedad de la defensa del golpista y las ganas que tiene, junto a sus abogados, de burlarse de todos los peruanos a los que tanto daño ha hecho con su administración inepta y corrupta. Un ejemplo: el tiro de gracia que el presidente elegido por Perú Libre dio a Petroperú al colocar a gente a cambio, según el Ministerio Público, de dinero en efectivo. Hoy las pérdidas son millonarias.
En el supuesto negado que Castillo salga librado de una condena por el golpe de Estado que dio en 2022 en alianza con Betssy Chávez, Aníbal Torres y otros, de lo que no se salvará es de una dura sentencia por los innumerables actos de corrupción en que estuvo metido. El hombre está en serios problemas digan lo que digan sus abogados, uno de los cuales incluso ya lo lanzó como futuro candidato presidencial, días antes de saberse que el profesor se ha afiliado a un partido político. Pura payasada.