El Congreso es elegido para cumplir tres funciones esenciales: fiscalizar, legislar y representar, sin embargo, la mayoría de congresistas elegidos para el periodo 2021-2026 parece haber tomado otro rumbo generando un hito histórico y nefasto con la consolidación de la primera organización criminal parlamentaria del Perú. Desde la segunda vuelta electoral, Pedro Castillo desarrolló un plan para evitar la vacancia presidencial a toda costa. Recordemos que bancadas enteras como la del Partido Morado, Juntos Por el Perú, Perú Libre y otras, acudieron a la peregrinación criminal en la casa Sarratea de Breña entre junio y julio del 2021. Vale la pena mencionar el rol negociador de excandidatos presidenciales como Jhonny Lescano, Julio Guzmán y Verónica Mendoza.Esta no fue una alianza política, transparente y abierta, todo lo contrario, fue una negociación criminal entre cuatro paredes donde el fin no era garantizar gobernabilidad, sino impunidad. Fue en la casa Sarratea donde se conformó el primer anillo de la organización criminal Los Niños. Pero entre agosto y diciembre 2021 se organizó el segundo anillo con traidores infiltrados en la oposición parlamentaria. Estos últimos fueron la garantía de boicot total contra la primera y segunda moción de vacancia presidencial y las mociones de censura ministerial.
Las organizaciones criminales Los Niños y Los Pequeños representan el lumpen de la política nacional. Negociaron cada uno de sus votos exigiendo puestos de trabajo, obras, consultorías y presupuesto público. Utilizaron sus curules para extorsionar a su socio criminal en Palacio y así destruir al país mientras contaban millones de soles que nunca habrían tenido de forma honesta. El Perú merece saber quienes conformaron estas organizaciones criminales y que la justicia les haga pagar por desprestigiar a la piedra angular de nuestra democracia: El Congreso de la República.