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"Y los faltosos tampoco pasan de moda. Yo opiné, no insulté. Sigue viviendo tu vida que yo vivo la mía y aprende a respetar opiniones en redes..." fue lo que escribió Yola Polastry, animadora y exconductora de programas para niños, debido a los ataques que recibió por dar su punto de vista sobre las declaraciones de la modelo Vania Bludau en "El valor de la verdad", programa en el que la mediática muchacha contó con mucha naturalidad y sin prejuicios algunos de sus romances del pasado sin obviar detalles. La ex "chica de la tele" no tardó en opinar "pena ver con tanta frialdad a mujeres hablando de sus 'muchos amigos con derechos' con tanto desparpajo. Chicas, si realmente quieren formar una familia en el futuro difícilmente un hombre serio y trabajador o dueño de mucho acepta una esposa con tanto recorrido público". La polémica se armó a partir de esas declaraciones. Siempre se generarán desencuentros cada vez que se enfrentan posiciones opuestas, y mucho más cuando se trata de cuestiones que rozan "lo personal"; cada quien tiene su rollo y difícil será ponerse de acuerdo. Pero cabeza fría, a respirar hondo, sin afirmar que lo de antes era mejor y lo de hoy no -cada tiempo es diferente y en buena hora que así lo sea-, ya que estamos en una época en que la mujer, tras muchos años de permanecer callada, ahora denuncia el maltrato, el acoso, la discriminación a viva voz, y también habla tal cual el hombre respecto de su vida personal, pero claro, a él se le aplaude y se le dice "jugador", "ganador", y para ella calificativos faltan y de los más gruesos por su osadía. Estamos en un momento en el que se están desterrando estereotipos, como esos de que una mujer con una sexualidad plena está condenada casi a ser apedreada y condenada a la hoguera. Quizás se cometan excesos que no son exclusivos del género, que tendrán que asumir hombres y mujeres cuando hablan de sus vidas públicamente, pero en esencia bien que así sea y dejémonos de calificar, que se ha convertido en algo de moda. Yola Polastry, emblema de los programas para "sus niños de 40, 50 o más", como ella misma los califica, como la mujer lúcida que es, cerró esta polémica en Twitter con un post que la pinta de cuerpo entero: "Comentarios inadecuados puedo tener y si es así pido disculpas. Nadie es perfecto". Asunto arreglado, sin mucho drama de telenovela ni lágrimas gratuitas. Y la vida continúa.