El 16 de julio, se cumplieron 142 años de la Batalla de Palca, en Tacna, durante la guerra con Chile. Fue de las pocas victorias de la que saben solo un puñado de peruanos y somos 33 millones. Fueron 141 compatriotas los que vencieron al temido batallón Lautaro de Chile. La derrota impactó a los sureños que apenas 9 días atrás, habían tomado la plaza de Arica, en que fueron inmortalizados Francisco Bolognesi y sus bravos soldados por el honor nacional que hoy no se conoce o no se practica, porque los valores nacionales por una educación deficiente, yacen subordinados a los personales, importando poco o nada la Patria.

La victoria peruana en Palca era impensada para las infladas tropas chilenas que reaccionaron ensañándose con la población, masacrándola y rematando a los moribundos por el cobarde acto del repase, proscrito por el derecho internacional humanitario, habiendo quedado grabado en el óleo con el mismo nombre del artista español Ramón Muñiz en 1888 y que vivió en el Perú. La trágica y suplicante actitud de una rabona -el lienzo se conserva en el Museo Histórico Militar del Perú-, desnuda el linchamiento de los malheridos en ese lugar como luego en San Juan y Miraflores. Chile debería pedir perdón por estos hechos.

La hazaña de Palca debería incorporarse en el currículo escolar para acrecentar el ego nacional de la victoria que no tenemos. La desidia de nuestras autoridades también la vimos por la escasa o nula relevancia de la victoria jurídica en La Haya hace 8 años, que pocos o nadie se acuerda. No se hace nada para ser un país nacionalista que es la llave maestra para nuestra unidad y desarrollo. Por eso el bicentenario pasó realmente intrascendente.