Los jóvenes vestidos de blanco y con una pañoleta  roja en la cintura hoy corean “Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril ... (pausa)... cinco de mayo, seis de junio, siete de julio ¡San Fermín!;. Así es la fiesta en Pamplona, España, que hoy celebra su día central, y cuyo origen medieval ha hecho famoso al esperado encierro de los toros que luego son soltados por las principales calles de la ciudad desde las 8 am., recorriendo 849 metros por delante de los toros. Comienza con el denominado Chupinazo que se realiza en la víspera desde el balcón de Pamplona en honor a San Fermín de Amiens.

La festividad la hizo famosa el Nobel de Literatura estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961), y la de hoy en la capital de Navarra, ha llegado a contar más de un millón de personas antes de la pandemia; además, del encierro cuentan los actos religiosos en honor de los santos, que se realiza desde el siglo XII, así como las esperadas ferias comerciales y las imperdibles corridas de toros. La tradición de los sanfermines llegó al Perú con los españoles y basta mirar en nuestra hermosa serranía cómo los altoandinos recrean acrobacias y alegorías provocando al toro para comprender que parte del sincretismo peruano-español lo encontramos en las referidas fiestas religiosas y en las manifestaciones del folclor. San Fermín es mundial, y los amantes de la tauromaquia jamás se la suelen perder.

Es única en su género y le promueve a España importantes ingresos que no se vuelven a repetir durante el año, sobre todo considerando que la península vive del turismo, es decir, se trata de la primera fuente de ingreso nacional. Luego de que España -Mariano Rajoy era presidente del Gobierno-, apoyó decididamente para que el Perú obtuviese la exención de la visa Schengen en 2016 permitiendo que nuestros nacionales se desplacen sin problemas por el territorio de la Unión Europea, son muchos los peruanos que viajan para participar de San Fermín; hagamos lo mismo para que los europeos y de otros lares, vengan a nuestras fiestas en los pueblos de nuestros hermosos valles interandinos, donde ya contamos extraordinarias fiestas de toros. Las tradiciones de un pueblo se cultivan permanentemente para que perduren en el tiempo. El Perú las tiene como España. Ejecutemos, entonces, políticas públicas para potenciar estratégicamente el turismo nacional.