Muchos me preguntan, tras mi larga experiencia como presidenta de un gremio de instituciones educativas privadas (ASISTEPERU) o como presidenta del gremio empresarial más importante del país (CONFIEP), ¿para qué son útiles este tipo de agrupaciones? Algunos tienen la idea de que los gremios empresariales deben defender los intereses de todos los sectores, sin importar si forman parte de su espacio de representación o no; otros, creen que se trata de un “club de amigos” donde “otorongo no come otorongo”.
Lo cierto es que un gremio empresarial, al ser un grupo de interés específico, es una colectividad privada ajena al poder gubernamental que agrupa empresas u organizaciones empresariales (como es el caso de Confiep), y que trabaja (o debe trabajar) para defender principios y valores, así como defender intereses comunes de todos sus asociados. Esa es la razón fundamental que a través de los años, ha motivado la creación de gremios empresariales en el mundo entero. Sin duda, los líderes de estas organizaciones –para ser considerados como tales– deben ostentar una serie de cualidades más o menos universales dentro de las cuales encontramos: carácter, compromiso, capacidad de comunicación, valentía, iniciativa, pasión, vocación de servicio y un largo etc.
En esta misma línea, una de las principales tareas de los líderes empresariales es mantenerse permanentemente alertas, con una visión “radar” de 360 grados, e identificar todos aquellos “misiles” que acechen su misión y todo aquello que ocurra a su alrededor en el ámbito social, económico y político, que pueda poner en peligro el crecimiento y desarrollo de los sectores que se representa y que generan bienestar en la población, llevando adelante todo tipo de acciones lícitas y éticas que permitan neutralizar o eliminar estos “peligros” y generar sinergias que faciliten a todos ser más productivos, más competitivos y plenos en su misión.
Según varios trabajos realizados por investigadores de renombre como Markus Pilgrim o Forrest Colburn, las organizaciones empresariales presentan rasgos comunes y siguen tendencias más o menos similares; sin embargo, el éxito real de su gestión empieza por quien lo lidera y pone el pecho, la cara y hace frente a los problemas sin ningún tipo de rubor.