En esta columna, el 4 de agosto, tratamos sobre la visión y los propósitos del Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2036 elaborado por el CNE. Para lograr lo señalado, el PEN considera orientaciones estratégicas, las cuales presentamos a continuación.

Se establece, en principio, que los hogares y las familias deben ser entornos saludables para estimular el desarrollo educativo de cada uno de sus miembros; que los docentes en todo el sistema educativo se comprometan con sus estudiantes y sus aprendizajes desplegando liderazgo y vínculos afectivos; que los directivos, gestores y otros actores educativos que intervienen en los aprendizajes de las personas se desempeñen con profesionalismo y compresión de las necesidades de los estudiantes, docentes, personal administrativo y sus entornos; y que las organizaciones sociales, empresas, medios de comunicación y las comunidades asuman su responsabilidad por la educación aportando con sus acciones a una convivencia democrática y sostenible;

Asimismo, que se asegure que todas las personas, particularmente las poblaciones en situación de vulnerabilidad, aprendan a lo largo de sus vidas; que el sistema educativo promueva y certifique los aprendizajes logrados dentro o fuera de la escolaridad y brinde trayectorias diversas y flexibles; y que las instituciones educativas operen con autonomía dentro de un sistema articulado, descentralizado, moderno, flexible que asegure el derecho a una educación de calidad.

Finalmente, que haya un financiamiento público suficiente que prioriza la asignación de recursos según la diversidad garantizando equidad y transparencia; que todas las instancias de gestión educativa del Estado operen de modo estratégico y planificado haciendo uso de las herramientas digitales; y que la educación promueva la indagación y la innovación para fortalecer un sistema nacional de investigación que despliegue el potencial creativo, las tecnologías y la generación del conocimiento.