Ayer se hizo pública la carta de los embajadores de Australia, Colombia, Canadá y Francia, dirigida al canciller del Perú, expresando sus “sinceras disculpas” por no haber seguido “los procedimientos establecidos en el Derecho Internacional” para transmitir un parecer conjunto sobre una ley peruana que suspende el cobro de peajes durante la pandemia, que impacta en empresas con origen en esos países, pero enfatizando de que se haya “malentendido respecto a su objeto”.

Esto último, jurídicamente es grave. Recordemos que la indignación nacional no era solo por haberla remitido al destinatario equivocado -el presidente del Congreso- sino porque su contenido de intromisión en asuntos internos del Perú violaba el principio de No intervención, al calificar a una ley de nuestro derecho interno (Asunto de fondo).

Por tanto, con el nuevo tenor, el objeto de la injerencia interna se mantiene intacto porque persisten en su objetivo de “poder sostener un encuentro con él (Presidente del Parlamento)” para abordar el contenido de la referida norma peruana.

Por lo anterior, y habiendo incluso, sorprendentemente enviado copia de la nota de excusas a las principales autoridades nacionales cuando el único destinatario debió ser el canciller, diré lo siguiente: 1° El ministro de . no puede acceder al pedido de los embajadores extranjeros porque su calidad de interlocutor válido de nuestro frente externo y la de nuestra diplomacia, en el contexto en que se han dado los hechos, se verán afectadas; 2° Por la nueva carta y valiéndose de los canales diplomáticos en los mejores términos, los gobiernos de A, Co, Ca, y F, deberían evaluar el retiro de sus embajadores porque no hubo disculpas por el asunto de fondo; y, 3° En ningún caso aplica la declaración de personas non grata.