Efectivamente, por lo invisible y silenciosa, da la impresión de inexistente la Canciller peruana. Cierto es que la diplomacia es el arte de manejar la política exterior con prudencia y cierto sigilo, pero cuando una nación es afrentada, la respuesta debe y tiene que ser clara y contundente. Nuestro vecino del sur viene desarrollando una política agresiva contra el Perú al afirmar que el triángulo terrestre al inicio de nuestra frontera le pertenece, desconociendo con ello al propio Tratado de 1929, que determina claramente la frontera entre ambos países. ¿Se está preparando a perder nuevamente en La Haya frente a Bolivia?

Chile, a través tanto de su canciller Heraldo Muñoz como de su ministro de Defensa, sobrepasa cualquier nivel de prudencia. Ello viene desde que La Haya nos dio la razón sobre los 50 mil kilómetros marítimos, y a través de Piñera, que de inmediato puso en agenda un reclamo contra el Perú al manifestar que el triángulo de tres hectáreas y media les pertenecía. Esa actitud no es gratuita, corresponde a la política exterior chilena de siempre, que se manifiesta en un claro deseo expansionista. El Perú no puede ceder ni un centímetro de su territorio a Chile. Ya es suficiente con los inmensos territorios que nos robaron con la Guerra del Pacífico. Esto no es gratuito. ¿Qué hay detrás? Esto implica que nuestra Canciller debe desarrollar una política clara y soberana. La Bachelet en Lima desairó a Humala al no aceptar sostener una reunión con ocasión de la cita de la Alianza del Pacífico. Retiraron a su embajador en Lima y suspendieron todas las reuniones bilaterales y nosotros calladitos. Si tenemos la razón, pues hablemos claro: el Perú no cederá ni un milímetro de su territorio.