Basadre señala directamente a los tres enemigos de la promesa de la vida peruana: Los podridos, los congelados y los incendiados. Grupos que atentan contra la propia Patria por creerla su chacra, o por encerrarse en la burbuja de la inacción y la soberbia o por el sueño de destruir todo lo que hemos construido juntos. Esta categorización viene de muchos años atrás, pero no deja de ser real en la actualidad peruana. Si bien podemos reemplazar los nombres, sus características y el daño que le hacen a los peruanos es el mismo.

Parafraseando a Basadre, podemos afirmar que los tres enemigos actuales del futuro del Perú son: los caviares, los tibios y la izquierda criminal. Los caviares son los podridos, creen que el país es su chacra y utilizan las instituciones al servicio de sus intereses. Los tibios, que están ahora en el Congreso, han demostrado ser muy peligrosos para la Patria, porque están tan alejados de la realidad política y quieren quedar bien con todos los que consideran sus pares, traicionando a sus propios electores. Su falta de liderazgo y firmeza frente a los grupos nocivos para el Perú termina convirtiéndolos en cómplices y tontos útiles. Finalmente, los incendiarios son capaces de prender una hoguera y arruinarnos a todos, esa es la izquierda criminal que representa la destrucción de nuestro país. Provenientes del marxismo terrorista, justifican la violencia como herramienta política, viven de la división entre peruanos y promueven el discurso de odio para beneficiarse en cada incendio social que afecta al Perú.

Para evitar que nuestro país se pierda por la confluencia de sus enemigos, es necesario que se forje una nueva generación política y social capaz de enfrentarlos con coherencia y amor patriótico. Limpiar el Estado de quienes creen que es su propiedad exclusiva, denunciar la traición de la tibieza y enfrentar los ataques de terror y violencia del extremismo, esas son las tareas que tenemos para recuperar el destino y el futuro de la Patria.

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