Solón, legislador ateniense del siglo VI a. C., es considerado por la historia como una de las figuras políticas más significativas de todos los tiempos, y así lo demuestra el teórico francés Jean Pierre Vernant en su libro Los orígenes del pensamiento griego de 1965, al escribir las contribuciones del sabio ateniense. Solón, además de formar parte de los Siete Sabios de Grecia, tiene un discurso (poema ético – político) que, a mi juicio, en el siglo XXI, tiene una vigencia extraordinaria y que por tanto nos permite pensar mejor la realidad del Perú y del mundo. Dice Solón, en su poema Eunomia o, El buen Gobierno: “Mi corazón me impulsa a enseñarles esto. Muchas desdichas traen un mal Gobierno. En cambio, el buen Gobierno trae orden y equilibrio, alisa asperezas, detiene el exceso, borra el abuso, elimina los brotes de un progresivo desastre, endereza sentencias torcidas y hace que cesen los ánimos de discordia civil”. ¿Cómo identificar si un gobernante está conduciendo adecuadamente los poderes públicos, cómo saber si obra bien? El poema de Solón nos sirve de brújula, para saber si navegamos hacia el norte (si ascendemos colectivamente y mejoramos) o si lo hacemos hacia el sur (si nos degradamos y caemos en oscuros abismos). Las grandes construcciones intelectuales de la antigüedad -como el poema de Solón- no tienen por qué sepultarse en el olvido, circular en reducidos ambientes académicos o reservarse a una elite intelectual “custodia de los más altos saberes”, sino que deben ser conocidas por nuestros gobernantes y expuestas al mayor alcance del público para que razonemos juntos, sin que nadie quede marginado.