Este martes 22 entre 7 y 9 policías del Grupo Terna incursionaron en una vivienda en Juliaca pretendiendo asaltar y robar bienes de valor aún indeterminado. Descubiertos, los encierran colocándole llave a la puerta y los vecinos, alertados, grabaron los hechos. En la tarde fueron detenidos en Puno y 7 están, con prisión preventiva.

El viernes 25 en el Callao, siete policías robaron un cargamento de oro de más de dos millones de soles. El suboficial Edgar Morales García integraba la banda y falleció al ser repelidos. Los demás integrantes están con orden de captura.

El sábado 26 en Santa Lucía, Puno, 5 policías fueron detenidos acusados de extorsión a supuestos contrabandistas.

El problema no es solo la tolerancia con las bandas criminales y la condescendencia del Ministerio Público, así como la lentitud del Poder Judicial. Un gran problema es que integrantes de las bandas criminales son policías en actividad.

La verdad es que el problema persistirá mientras la delincuencia mantenga importante presencia en los más altos niveles del gobierno y tanto el Ejecutivo como el Legislativo propicien normas que favorecen la criminalidad.

Enfrentando la inseguridad ciudadana están la población y el periodismo. En Juliaca sus acciones permitieron el reconocimiento y detención de los responsables del robo, impidiendo probables acciones de encubrimiento institucional. En este caos político solo la organización ciudadana podrá enfrentar la inseguridad porque, indudablemente, las autoridades no pueden ni tienen voluntad para afrontarla.