Observamos cómo este refrán popular se hace evidente en el accionar de nuestra política. Da la impresión de que en esta campaña electoral los candidatos que no tienen un partido que los respalde optan por la acción más simple: atraer con dinero a ciertas figuras conocidas, las cuales, aparentemente, se ofrecen al mejor postor. Ejemplos claros del oportunismo político es el caso de Anel Townsend, que es una saltimbanqui de diferentes agrupaciones. La reciente inclusión de la actual vicepresidenta del Perú, Marisol Espinoza, deja la profunda sospecha de que hubo un “arreglo bajo el mantel”, ya que siendo ella de tendencia de izquierda qué hace como cabeza de lista por Piura al lado de un emergente de derecha como “plata como cancha”, quien tiene la gran suerte de que la Universidad César Vallejo le paga su campaña de varios millones de dólares en la TV y en la radio, aparte de los cartelones por toda la ciudad con su cara y “tanto va el cántaro al agua… hasta que se rompe”. Ya nos cansó de verle la cara hasta en la sopa.

Venezuela: qué pena observar cómo va camino a la guerra civil. La Fuerzas Armadas están tan comprometidas con el régimen de Maduro, que no van a aceptar soltar la sartén. Ellos tienen las armas y están bajo control de los operadores de Cuba, país que de ninguna manera va a dejar que Venezuela camine hacia la libertad, pues depende económicamente de la ayuda llanera. Las Fuerzas Armadas de ese país se han pronunciado a favor de Maduro y en contra de la oposición, usando como motivo el retiro de las fotos de Chávez y Maduro del edificio de la Asamblea Nacional.