Las especulaciones de que EE.UU. pudiera reaccionar militarmente en favor de Ucrania contra Rusia deben ser tomadas con pinzas. Lo veo muy difícil. Veamos. 1° Es una regla que las áreas de influencia de las potencias se respetan. Es verdad que entre Washington y Moscú eso no pasó durante la Guerra Fría (1939-1945).

En efecto, de un lado, mientras la entonces Unión Soviética sellaba su alianza ideológica y estratégica con Cuba, prácticamente en las narices de EE.UU. -la distancia más corta entre Cuba y Miami es de 425,56 km.-, una vez que fuera superada la crisis de los misiles (1963), luego de que Fidel Castro declaró comunista al país, y de otro, Washington llevó adelante su penetración en la península de Corea y en Vietnam, que terminaron divididas políticamente, en una época dominada por el mundo bipolar.

Pero hoy la realidad ha mostrado que la anexión de Crimea por Rusia en 2014 no evidenció ninguna reacción estadounidense, más allá de las condenas en política internacional y las sanciones económicas sobre Moscú que, eso sí, fueron letales. 2° EE. UU. está en una etapa de repliegue militar internacional de espacios geopolíticos lejanos.

La reciente retirada militar de Afganistán decidida por la Casa Blanca, luego de permanecer en este país asiático por 20 años, confirma que EE.UU. más bien ha optado por una fuerte estrategia disuasiva -lo hace contra China en el asunto de Taiwán-, por medio de la OTAN que tanto molesta a Vladimir Putin y por las sanciones económicas que mantienen a Moscú tan asfixiada como a Irán, ambos países menoscabados por la eficaz fuerza económica de Washington.

3° Los habitantes de la tensa región ucraniana del Donbás con incuestionable influencia de Moscú desean ser parte de Rusia como pasó con la de Crimea. Aunque la anexión de la península de Crimea se hizo al margen del derecho internacional, las relaciones internacionales no pueden tapar el Sol con un dedo. En efecto, la realidad es que los habitantes de Donbás que comprende a las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk, son mayoritariamente prorrusas; y, 4° No perdamos de vista que EE.UU. está concentrado en no dejar que China se disparé económicamente como acaba de hacer al entrar en vigor la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) bajo su completo liderazgo en el continente asiático.