El año 2003, con la dación de la Ley General de Educación, el Perú se puso a la vanguardia de la región en las políticas para la educación inclusiva de las personas con necesidades educativas especiales. En su artículo 39°, sobre la Educación Básica Especial, señala: tiene un enfoque inclusivo en aulas regulares y atiende a personas con discapacidad, y con superdotación o con talentos, a fin de conseguir su integración a la sociedad. En ese marco, el Minedu crea la Dirección G. de Básica Especial (actualmente desactivada) e inicia un complejo proceso de sensibilización y promoción para implementar -con optimismo, convicción y el aporte de todos- escuelas regulares inclusivas para estudiantes con discapacidad. Lo cual trajo, con las dificultades propias de todo cambio, a pesar de escaso financiamiento, existencia de barreras y débil capacitación magisterial, resultados alentadores. Después se han hecho hasta la actualidad esfuerzos, pero con menor fuerza.

En este contexto, y teniendo en cuenta que la inclusión educativa es la base de una ciudadanía democrática y con equidad, resulta indispensable que el Estado invierta para lograrla. Esto para desarrollar políticas magisteriales, curriculares y de materiales educativos a fin de seguir avanzando en el derecho de nuestros alumnos con discapacidad de ser educados como diferentes, pero al mismo tiempo como iguales. Por eso, saludo al Consejo Nacional de Educación, que hoy y mañana desarrolla un seminario para analizar, a la luz de la realidad peruana y las experiencias internacionales, así como con visión de presente y futuro, las políticas y medidas del Perú en educación inclusiva.