No hay duda que la próxima campaña electoral estará marcada por la ola de violencia que nos golpea y por las propuestas que los candidatos hagan y dejen de hacer, pues es evidente que en el año que falta para los comicios generales, el gobierno de la presidenta Dina Boluarte hará poco o nada para eso no sea así, si tenemos en cuenta que el martes ha dicho que está haciendo “retroceder” al hampa, y cree que las soluciones son la pena de muerte u obligar a que los medios repliquen los anuncios del “cuarto de guerra”.
Por eso, queda pedir a los candidatos presidenciales y congresales serios, que desde ahora vayan trabajando propuestas viables, para no tener que soportar más demagogia, palabreo y lugares comunes como los de aplicar la pena de muerte desde el 29 de julio del 2026, poner a trabajar a los presos para que se ganen su comida, reabrir El Frontón y El Sepa, sacar a la tropa aunque cada día veamos que esa no es la solución, y demás “medidas” que venimos escuchando hace décadas.
La campaña para los comicios del próximo año estará marcada por la presencia de “Bukeles” que van a ofrecer erradicar a la criminalidad desde el día siguiente de asumir funciones, algo que, deberíamos saber, no será posible. Para eso tendrá que haber un trabajo largo, paciente, articulado y sin espacio a la marcha atrás, por lo que, insisto, desde ahora los candidatos deben ir elaborando propuestas que no sean una falta de respeto al ciudadano que es víctima de la extorsión, el sicariato y el robo.
Desde ahora deberían decirnos cómo harán para que el Ministerio Público y el Poder Judicial, sin perder la autonomía que les da la Constitución, trabajen en el mismo sentido que el Poder Ejecutivo para hacer frente desde una misma orilla a la criminalidad; o qué planes tienen para acabar con el caos y el hacinamiento en los penales, más allá de ofrecer cárceles como las de El Salvador, aunque no sepan de dónde vendrá la plata para semejantes inversiones. La situación de la Policía también debería ser un tema a tratar.
Con las cifras de criminalidad que tanto nos golpean, sería una falta de respeto que los candidatos se pongan a improvisar en plena campaña. Dependerá también de los electores tomar nota, ver quién es quién e ir a las urnas con la responsabilidad que la crisis amerita. Nunca más una situación como la del 2021, en que después de la pandemia, y cuando se necesitaba un líder y un Congreso a la altura del reto de levantar a un país devastado, llevaron al poder a Pedro Castillo, a “los niños” y a los “mochasueldos”.