Me ha gustado mucho la reflexión que un sacerdote ecuatoriano ha hecho en “10 minutos con Jesús” un podcast que sale todos los días y que todos deberíamos de compartir. Me ha gustado porque ha tratado sobre la virtud esencial de la prudencia, tan necesaria en momentos de crisis política como los que atravesamos. “Mejor es la sabiduría que la fuerza, el varón prudente que el varón fuerte”, ha dicho el sabio sacerdote ecuatoriano, invocando la importancia de sobrenaturalizar nuestras vidas, luchando contra todo aquello que nos aleja de Dios, y usando la prudencia como un arma fundamental en el combate espiritual.
Todo nos acerca o nos aleja de Dios. También la crisis presente puede acercarnos o alejarnos de Dios. Hemos de enfrentarnos a ella con prudencia, con mucha prudencia, sopesando las decisiones que tomamos. Hay que ser prudente al hablar. A veces por ser irónicos o agudos dañamos a los demás, los calumniamos sin querer con tal de sentar nuestra posición. “No hay que hablar mal de la gente, Cristo no hablaba mal de sus apóstoles sino no hubiese quedado ni uno solo de ellos” dice el sacerdote ecuatoriano. En efecto, tenemos que pensar antes de hablar, medir las consecuencias, no tomar decisiones con la cabeza caliente porque de nuestras palabras depende el bienestar de mucha gente y también el de nuestras propias familias.
Es tiempo de prudencia y también de valentía. Es tiempo de pedirle a María, la Virgen Prudentísima, que nos ayude a seguir a su hijo decidiendo con prudencia, ya que a veces por ganar la miserable felicidad de la tierra uno termina perdiendo el gozo eterno del cielo.